Economía narrativa. Carísma. Así se contruye un mito

La distancia que nos separa es de 23 metros y medio.
Si nos separaramos más el cristal de mi objetivo no te alcanzaría a enfocar.
Si rompieramos el cristal de la ventana que nos separa, no sabría que decirte.
¿Que puedo hacer, si entre mi y el olvido hay barreras que no puedo romper?
¿Que puedo hacer, si 23 son demasiados para correr entre cristales rotos?

Decálogo Uno derriba dogmas y doctrinas a traves de una visión crítica del positivísmo. Aboga por una enseñanza no sujeta a una única visión del mundo y carga contra las sociedades tecnificadas, aquellas donde Dios ha muerto y ha sido sustituido por una computadora. En su film no hay espacio para el determinísmo fruto de la estadística, el azar juega un papel determinante en unos personajes sencillos pero bien construidos, que buscan una libertad que ni la tecnología, ni la inteligencia, ni la religión les permite. Se muestra, a su vez, una visión amable de esta ultima, a la que algunos personajes acuden en momentos de crisis y vacio e, ironicamente, como segunda opinión en la visión y educación de la pareja protagonista.

Es probable que sea icónica para una generación que ha trabajado, conocido y sufrido por si mismos la presencia de las grandes moles empresariales. La siguiente generación laboral sufre de la misma forma, pero trabaja de otra, no es extrapolable. Se sentían reflejados en Revolutionary Road de Richard Yates, pero solo comparten con nosotros miserias. Vacios de espejos, solo tenemos pequeños cristales, Recursos Humanos, El Empleo del Tiempo o quizas La Cuestión Humana.

Pero siempre nos quedará la mirada de Shirley MacLaine.